viernes, 16 de mayo de 2008

Mayo literario (9)


Andrés Jaque es un anarquista. Un anarquista tupperware o de sala de estar pero un anarquista. También es arquitecto. Un arquitecto peculiar, que entiende su disciplina como una práctica política. Aunque mantiene un estudio de arquitectura “convencional” http://www.andresjaque.com/, se nota que lo que a él le gusta realmente es su oficina más “alternativa” http://oficinadeinnovacionpolitica.blogspot.com/, desde la que se dedica a maximizar el riesgo y a generar controversias. Influenciado por Edgar Morin y su ética del riesgo, imparte talleres con títulos tan sugestivos como “el paisaje, la tele y el cuarto de estar” o “diseño, telenovelas y sentimentalismo” o incluso “te amo-te odio tanto”, talleres de arquitectura en los que se habla más de David Lynch que de Mies Van Der Roe. Sobre sus proyectos destaco por encima de todo lo que él ha llamado el primer “chill-out católico”, la restauración de la Casa Sacerdotal Diocesana de Plasencia. Aunque a los curas viejitos parece que no les ha entusiasmado este ambiente pop, me los imagino escuchando, a escondidas, “quiero ser santa” en la sacristía.
http://www.youtube.com/watch?v=5FUJzcBUsCs&feature=related.
Andrés es un artista plástico que plantea acciones como la “technogeisha”, una anfitriona hiper-equipada para crear amistades entre agentes más o menos peculiares, o un banquete político, el “banquete del litro de petróleo”, en el que unos mesoneros iban sirviendo canapés de color negro cuya producción (desde el cultivo o crianza hasta su elaboración) y transporte habían consumido la energía que puede extraerse de un litro de petróleo. Estoy seguro que al príncipe negro era uno de ellos. Andrés es un activista ecológico y uno de sus últimos proyectos ha sido crear las “skin gardens”, que la actriz Lluvia Rojo luce en la foto que acompaña este texto, y que obligan al que las adquiere a formar parte de un experimento y remitir un informe contando lo que ha ocurrido mientras las llevaba: conversaciones, encuentros, etc. Andrés es también un conversador de primera y estos días en Bogotá hemos compartido buenos momentos e incluso un intento, frustrado por suerte, de ataque de un grupo de mariachis enloquecidos que intentó asaltar por la fuerza nuestro taxi sólo porque nos asomamos a preguntar cuanto nos costaría una serenata. En definitiva, Andrés Jaque es un terrorista poético y, como Hakim Bey, cree en el entretenimiento radical. Sólo espero que el día que cree mi propia Zona Temporalmente Autónoma (TAZ), me la diseñe Andrés.

“La TAZ es una forma de sublevación que no atenta directamente contra el Estado, una operación guerrillera que libera un área –de tierra, de tiempo, de imaginación- y entonces se autodisuelve para reconstruirse en cualquier otro lugar o tiempo, antes de que el Estado pueda aplastarla. Puesto que el Estado tiene más que ver con la Simulación que con la substancia, la TAZ puede “ocupar” estas áreas clandestinamente y llevar adelante sus propósitos subversivos por un tiempo con relativa tranquilidad” “En suma, el realismo nos impone no sólo dejar de esperar la Revolución, sino dejar de desearla. Revuelta sí, tan a menudo como sea posible, e incluso asumiendo los riesgos de la violencia. Los espasmos del Estado Simulador serán “espectaculares”, pero en la mayoría de los casos la mejor y más radical táctica será retirarse del área del simulacro, desparecer. La TAZ es un campamento de guerrilleros ontológicos: atacan y escapan. El ataque se hace contra estructuras de control, esencialmente contra las ideas; y la defensa es la “invisibilidad” –un arte marcial- y la “invulnerabilidad” –un arte oculto entre las artes marciales. La “máquina de guerra nómada” conquista antes de ser detectada, y se desplaza antes de que el mapa pueda ser reajustado.”
Hakim Bey
El ensayo completo, una joya, está disponible en la web: http://www.merzmail.net/zona.htm

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