domingo, 29 de junio de 2008

Junio teatral 7



Dos días en isla Margarita dan para mucho: encuentros con viejas amistades, desencuentros con policías enfadados, una deliciosa cena en Casa Caranta o un penoso almuerzo en el Hesperia Playa del Agua. ¿Lo más importante? Supero la prueba: puedo ser un conferencista free-lance y participar, como ponente, en un “curso avanzado de gestión cultural”. El título de mi charla: Apropiación del patrimonio para una gestión cultural creativa. ¿Qué tal?
Descubro varias cosas interesantes:
1. No hace falta saber usar el power-point para impartir una buena ponencia. Simplemente aprovechar/reciclar los power-points de otros tipos más listos (gracias Javier Sanmartín)
2. Puedo aplicar (y funciona) el mismo concepto que cuando hago de gestor cultural. Programar, o ayudar a hacerlo, en la medida de lo posible, aquellas actividades a las que me gustaría asistir como espectador. En este caso, disertar sobre los artistas, creadores, espacios, etc, que me interesan. Compartir los afectos, las afinidades, las pasiones...
3. Que alguien que se apunta a un curso de gestión cultural (200 Bolívares fuertes la broma) le pueden interesar las obras de creadores como Francis Alys (“Cuando la fe mueve montañas”), Santiago Sierra (“245 metros cúbicos”), Jean Fabre/Pierre Colibeuf (“the demon of pasaje”), Andrés Lima/Antonio San Juan (“Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente”), Karmelo Bermejo (“Aportaciones, por una estética del overbooking”) o Hakim Bey (“terrorismo poético”).
4. Las gafas de pasta dan una imagen de tipo que sabe de lo que habla (además de disimular orzuelos rebeldes).
5. Puedes meterte con Aznar o Farruco Sesto y te aplauden por eso (sí, ya sé, es populismo barato, pero a ratos nos gusta ponernos demagógicos).

Paso un buen rato en los aeropuertos de Maiquetía y Porlamar. Por suerte, cargo un libro excelente, “Hablemos de langostas”, de un escritor brillante, David Foster Wallace:

“Es difícil encontrar buenas respuestas a por qué los votantes jóvenes les interesa tan poco la política. Esto se debe probablemente a que resulta casi imposible hacer que alguien piense concienzudamente en por qué no le interesa algo. El propio aburrimiento impide el cuestionamiento. El sentimiento en sí ya basta. Seguramente una razón, sin embargo, es que la política no mola. O, mejor dicho, que la gente dinámica e interesante que mola no parece ser de la que se siente atraída por el proceso político. Acuérdense de aquellos chavales de instituto que se presentaban a las elecciones al comité de alumnos: cebollinos, demasiado acicalados, obsequiosos con la autoridad, ambiciosos de una forma triste. Ansiosos por jugar el Juego. La clase de chavales que al resto de chavales le gustaría atizar si no resultara tan tedioso y carente de sentido. Y ahora piensen en algunas versiones adultas que existen en el año 2000 de aquellos chavales: Al Gore, a quien el técnico de sonido de la CNN Mark A. describe diciendo que “casi parece que respira”; Steve Forbes, con su frente húmeda y risita de lunático; la sonrisita de patricio de G. W. Bush y su torpe hipocresía; hasta el mismo Clinton, con su cara enorme, roja y falsamente amigable y sus frases de tipo “siento su dolor”. Unos hombres que ni siquiera parecen lo bastante humanos como para odiarlos: lo que uno siente cuando aparecen no es más que una abrumadora falta de interés, esa clase de profunda desconexión que a menudo es una defensa contra el dolor. Contra la tristeza. De hecho, la razón más probable de que a muchos de nosotros nos interese tan poco la política es que los políticos modernos nos ponen tristes, nos hieren profundamente de formas que cuesta identificar, ya no digamos hablar de ellas. Es mucho más fácil poner los ojos en blanco y pasar de todo. Probablemente el mero hecho de leer esto ya les provoque rechazo.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marc, Lo tuyo es puro teatro, si ya se sabe! Buen post. Por cierto, seguro que Karmelo te escribe para meterse contigo, lo normal, lo que haríamos todos. Así que seguramente le anime y lo hagamos en estos días, vete preparando!
Besos
E.